MISIONES.UNO | Entidades de la foresto industria advirtieron por cierres de pymes, caída de la producción y pérdida de puestos de trabajo, y reclamaron la creación de un régimen de incentivos para medianas inversiones, al quedar prácticamente excluidas de los beneficios del RIGI en un contexto de obra pública paralizada, altos costos logísticos y mayor apertura de importaciones.


La crisis económica nacional impacta de lleno en la foresto industria y genera preocupación en todo el sector, que advierte por el cierre de empresas, la caída de la actividad y la pérdida de puestos de trabajo. Ante este escenario, entidades empresarias reclaman que se incluya a las pequeñas y medianas firmas en un esquema de incentivos similar al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).

El tema fue analizado en la última reunión del año de la Mesa Nacional Foresto Industrial, ámbito que reúne a cámaras del sector y a autoridades nacionales y provinciales. El encuentro se dio meses después de la conformación de un Comité de Crisis, en articulación con distintas entidades, para abordar la situación de una actividad fuertemente ligada a la obra pública, dependiente de financiamiento de largo plazo y de un mercado interno activo.

La presidenta de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), Mercedes Omeñuka, describió en declaraciones a BAE Negocios que “la cadena de la foresto industria está pasando momentos complejos”. Explicó que la parálisis de la obra pública y la retracción del consumo interno afectan directamente a las pymes dedicadas a muebles y viviendas, cuyo principal destino es el mercado local.

Omeñuka señaló que en Misiones el ministro de Industria, Federico Fachinello, advirtió sobre el cierre de empresas, mientras que en Corrientes –de donde ella proviene– “la mayoría de las pymes la están pasando mal”, con plantas que operan al 50% o 60% de su capacidad. Esta baja utilización implica reducción de horas de trabajo y vacaciones anticipadas para el personal.

La dirigente también mencionó el impacto de los altos costos logísticos y la apertura de importaciones, especialmente en el rubro muebles. Indicó que, si bien las industrias deben mejorar su eficiencia, enfrentan “dificultades impositivas, financieras y logísticas”, con fletes internos muy elevados que limitan la competitividad, más allá de la calidad de los productos.

Actualmente, el sector emplea alrededor de 60 mil trabajadores. Sin embargo, el cierre de pymes viene dejando mano de obra desafectada, aunque sin grandes anuncios públicos porque no se trata de despidos masivos de grandes compañías, sino de bajas de pocos empleados en muchas empresas. Omeñuka subrayó que en los segmentos de muebles y bienes finales “cuesta mucho formar al operario”, por lo que los empresarios intentan sostener los planteles la mayor cantidad de tiempo posible.

En ese contexto, FAIMA reclama que se diseñe un esquema de incentivos específico para inversiones medianas. Omeñuka explicó que, por los montos exigidos, el sector solo podría acceder a los beneficios del RIGI a través de grandes proyectos como una planta de celulosa.

“Estamos pidiendo que se trabaje en la sanción de un RIMI, un Régimen de Incentivo para las Medianas Inversiones, de lo contrario nos quedamos afuera”, planteó. Señaló que hubo manifestaciones de interés en esa línea, aunque todavía no cuentan con precisiones concretas.

Por otra parte, la Federación impulsa el desarrollo de la construcción de viviendas con madera. Según Omeñuka, se trata de una alternativa con ventajas ambientales y de eficiencia energética, que recibe fuerte impulso en distintos países del mundo. Advirtió que Argentina “se está quedando atrás” a pesar de contar con abundante disponibilidad de materia prima forestal.